“ Pintar un cuadro, es para mi, una actuación de amor, de sexo “
“ Para mi, ha llegado una época que pintar diariamente y constantemente es tan importante como dormir, comer o moverme“
“ Para mi, el arte es como una fe. Asi como hay gente que tiene necesidad de una religión o una ideología, que también yo la tengo, o de estar en un entorno familiar, emotivo, sentimental...Pues un poco o bastante de todo esto, es lo que me aporta el arte. No mi arte, cualquier arte“.
“ Para mi, la pintura ha representado muchas cosas. Ha representado una pasión, un amor a alguna cosa, un amor al arte visual. Cuando he estado mal emocionalmente, ha sido un refugio, una válvula de escape, una evasión... Ha representado una autosatisfacción, un camino a seguir, donde yo iba aportando todas las energias ya fueran positivas o negativas“.
“ Normalmente hago tres o cuatro sesiones diarías de pintura, de una a dos horas cada una, empiezo pronto, hay días que a la cuatro de la mañana, otros a las seis, para mi pintar es una cuestión vital, una pasión de madrugada, que es cuando estoy mas despierto, con mas ganas de trabajar, con mas energía“.
Reseñas:
EL SOL DE MEXICO, PASOS DE DIAMANTINA, POR LORENA AVELAR.
Pasos de Diamantina
Lorena Avelar
El Pincel
El Sol de México.
16 0ctubre 2010.
A mi amigo José María Cabayol :
Siempre hay un antes y un después donde no cabe el olvido y el agua que lleva dentro no perdona su sed. Es de noche, asoman dos lunas al balcón de la vida: una ardiente, como el rostro de Safo, otra fría, acogiendo los minutos restantes. Después ya nada importa, todo lo barre el viento.
El pincel pinta el poniente y el olor a manzana, un rojo imprudente, losa azules tenues y las casas encaladas y , me preguntas, amigo si seré capaz de rozar con mis pies la fantasía, de no ser débil y amanecer desnuda ante la gracia. Qué voy a decirte…ya no sube el jazmín por las paredes.
Se han dormido los cetáceos luego del bostezo de las sombras. La sombra. La niebla atrapa el gris de la tarde y solo los gemidos de las urracas presagian una noche en la que se pierden las miradas. Te veo atrapado en transparencias de luna.
Tus ojos ya no reflejaban el pudor de la sangre. Tus manos son sarmientos enraizados en el cerúleo dormido de la arena virgen. Tus labios sonríen distancias cercanas. Tu piel reclama caricias de pájaros heridos. Tu cabello, guirnaldas de surfinias granas recelando besos. Y se torna resplandor la sombra, y canción de otoño los nubarrones cargados de lluvia.
Eres un artista de paleta añeja, de cuadros antiguos sin pensar en nada, de techos y humos, de barcas ancladas a acuarelas viejas. Hay un precipicio en negro y verde donde las gaviotas posan sus caminos antes de dibujar alturas hacia el infinito. Un
Precipicio con vértigos y esperas, entre la risa y el dolor profundo.
Todos miran el pincel, la espera, tu magia incalculable y duradera; se multiplican los silencios y los murmullos ya no llevan sayas blancas, sino crespones que crujen con pasos de diamantina en la distancia, que siempre habrá trazos esperando el despertar de las máscaras a punto del abrazo.